Work in Progress
Un libro (recientemente editado) escrito por el galerista Guillermo de Osma, pone de nuevo en candelero a Mariano Fortuny y Madrazo, hijo de familia de artistas, nacido en Granada en 1871, educado en París y, desde los dieciocho años, residió en Venecia—hasta su muerte, en 1949.
Mariano Fortuny es un artista inclasificable y difícil de abarcar. Me atrevería a decir que es un desconocido, a pesar de haber sido el innovador diseñador de la decadente élite de final de siglo, y adorado por Proust—que lo cita en la Rechérche…. Tendremos que leer el libro de Guillermo de Osma, estudioso de Fortuny desde hace ya más de treinta años, autor de la monografía más completa que hay del creador.
Mientras tanto, pienso que Mariano Fortuny y Madrazo fue, primero, pintor simbolista y apasionado de Wagner.
Su gran fama le viene dada por su genial aportación al mundo del diseño y la moda textil. Creador de las túnicas ‘Delphos’ que—con resonancias de la cultura griega—lo que realmente le inspiró fue la pintura inglesa prerrafaelita. En diseño textil, innovó en la técnica del estampado. Su técnica sigue vigente, y se sigue estampando con sus máquinas en la Fábrica Fortuny de la Giudecca, una de las islas de Venecia.
Se interesó por la escenografía y la investigación de técnicas lumínicas y colaboró en diferentes escenografías (en 1920 participó en la decoración del teatro de la Scala de Milán para la representación de Parsifal, realizó los diseños para las lámparas de la Exposición de Trajes Regionales de Madrid, bocetos de La vida breve de Falla para la Scala de Milán…)
Las lámparas venecianas de seda y metal fue otro hito del creador fascinado por Oriente.
Como fotógrafo, reflejó su mirada en unas 12.000 fotografías.
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